LLEGASTE A GOOGLE EMPEZA A CORRER!

Más de 15.000 corredores participaron de la edición de los 10K de Nike. Fue cita impostergable del Running Team de Google donde cada vez más corredores apuestan a una vida saludable.



Entre la entrada en calor y ejercicios de elongación todos esperaban que el reloj indicara las 17, hora señalada para la largada.

Correr, en gran medida, implica calzarse un par de zapatillas, ponerse ropa adecuada, dependiendo de la época del año, y salir a trotar. El tiempo se lo pone uno. El ritmo también. Cada G´runners compartió su objetivo personal desde mejorar su tiempo o tan sólo disfrutar del desafío, todos con alegría.

Los G´runners contagiaron con su alegría

Antes del mediodía, las calles cercanas al parque Mujeres Argentinas, en Juana Manso y Marta Lynch, comenzaron a poblarse de remeras color rojo coral. El recorrido incluyó calles de Puerto Madero y el centro porteño, incluyendo íconos urbanos como el Obelisco, La Catedral y el Cabildo.







Los beneficios del running son muchos, pero la mayoría coincide en una trilogía básica: "Me cambia el estado anímico, me siento más alegre y de mejor humor" Las caras del los G´runners lo demuestran.

ESOS LOCOS QUE CORREN (Marciano Durán)

Los 10Km de Nike representaron a fuego el poema de Marciano Durán cuando 15.000 fanáticos corredores desfilaron por las calles de Puerto Madero y el centro porteño.
"Esos locos que corren"

Yo los conozco.
Los he visto muchas veces.
Son raros.
Algunos salen temprano a la mañana y se empeñan en ganarle al sol.
Otros se insolan al mediodía, se cansan a la tarde o intentan que no los atropelle un camión por la noche.
Están locos. En verano corren, trotan, transpiran, se deshidratan y finalmente se cansan... sólo para disfrutar del descanso.
En invierno se tapan, se abrigan, se quejan, se enfrían, se resfrían y dejan que la lluvia les moje la cara.


Yo los he visto.
Pasan rápido por la rambla, despacio entre los árboles, serpentean caminos de tierra, trepan cuestas empedradas, trotan en la banquina de una carretera perdida, esquivan olas en la playa, cruzan puentes de madera, pisan hojas secas, suben cerros, saltan charcos, atraviesan parques, se molestan con los autos que no frenan, disparan de un perro y corren, corren y corren.
Escuchan música que acompaña el ritmo de sus piernas, escuchan a los horneros y a las gaviotas, escuchan sus latidos y su propia respiración, miran hacia delante, miran sus pies, huelen el viento que pasó por los eucaliptos, la brisa que salió de los naranjos, respiran el aire que llega de los pinos y entreparan cuando pasan frente a los jazmines.
Yo los he visto.
No están bien de la cabeza.
Usan championes con aire y zapatillas de marca, corren descalzos o gastan calzados.
Traspiran camisetas, calzan gorras y miden una y otra vez su propio tiempo.

Están tratando de ganarle a alguien.
Trotan con el cuerpo flojo, pasan a la del perro blanco, pican después de la columna, buscan una canilla para refrescarse... y siguen.
Se inscriben en todas las carreras... pero no ganan ninguna.
Empiezan a correrla en la noche anterior, sueñan que trotan y a la mañana se levantan como niños en Día de Reyes.
Han preparado la ropa que descansa sobre una silla, como lo hacían en su infancia en víspera de vacaciones.
El día antes de la carrera comen pastas y no toman alcohol, pero se premian con descaro y con asado apenas termina la competencia.
Nunca pude calcularles la edad pero seguramente tienen entre 15 y 85 años. Son hombres y mujeres.
No están bien.


Se anotan en carreras de ocho o diez kilómetros y antes de empezar saben que no podrán ganar aunque falten todos los demás.
Estrenan ansiedad en cada salida y unos minutos antes de la largada necesitan ir al baño.
Ajustan su cronómetro y tratan de ubicar a los cuatro o cinco a los que hay que ganarles.
Son sus referencias de carrera: "Cinco que corren parecido a mí". Ganarle a uno solo de ellos será suficiente para dormir a la noche con una sonrisa.
Disfrutan cuando pasan a otro corredor... pero lo alientan, le dicen que falta poco y le piden que no afloje.
Preguntan por el puesto de hidratación y se enojan porque no aparece.
Están locos, ellos saben que en sus casas tienen el agua que quieran, sin esperar que se la entregue un niño que levanta un vaso cuando pasan.
Se quejan del sol que los mata o de la lluvia que no los deja ver.
Están mal, ellos saben que allí cerca está la sombra de un sauce o el resguardo de un alero.
No las preparan... pero tienen todas las excusas para el momento en que llegan a la meta.
No las preparan...son parte de ellos.
El viento en contra, no corría una gota de aire, el calzado nuevo, el circuito mal medido, los que largan caminando adelante y no te dejan pasar, el cumpleaños que fuimos anoche, la llaga en el pie derecho de la costura de la media nueva, la rodilla que me volvió a traicionar, arranqué demasiado rápido, no dieron agua, al llegar iba a picar pero no quise.
Disfrutan al largar, disfrutan al correr y cuando llegan disfrutan de levantar los brazos porque dicen que lo han conseguido.
¡Qué ganaron una vez más! No se dieron cuenta de que apenas si perdieron con un centenar o un millar de personas... pero insisten con que volvieron a ganar. Son raros. Se inventan una meta en cada carrera.
Se ganan a sí mismos, a los que insisten en mirarlos desde la vereda, a los que los miran por televisión y a los que ni siquiera saben que hay locos que corren.
Les tiemblan las manos cuando se pinchan la ropa al colocarse el número, simplemente por que no están bien. Los he visto pasar.
Les duelen las piernas, se acalambran, les cuesta respirar, tienen puntadas en el costado... pero siguen.
A medida que avanzan en la carrera los músculos sufren más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, las puntadas empiezan a repetirse y dos kilómetros antes de la llegada comienzan a preguntarse que están haciendo allí.
¿Por qué no ser uno de los cuerdos que aplauden desde la vereda?
Están locos.
Yo los conozco bien.


Cuando llegan se abrazan de su mujer o de su esposo que disimulan a puro amor la transpiración en su cara y en su cuerpo.
Los esperan sus hijos y hasta algún nieto o algún abuelo les pega un grito solidario cuando atraviesan la meta.
Llevan un cartel en la frente que apaga y prende que dice "Llegué -Tarea Cumplida".
Apenas llegan toman agua y se mojan la cabeza, se tiran en el pasto a reponerse pero se paran enseguida porque lo saludan los que llegaron antes.
Se vuelven a tirar y otra vez se paran porque van a saludar a los que llegan después que ellos. Intentan tirar una pared con las dos manos, suben su pierna desde el tobillo, abrazan a otro loco que llega más transpirado que ellos.
Los he visto muchas veces.
Están mal de la cabeza.
Miran con cariño y sin lástima al que llega diez minutos después, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y por el segundo.
Disfrutan de los aplausos aunque vengan cerrando la marcha ganándole solamente a la ambulancia o al tipo de la moto.
Se agrupan por equipos y viajan 200 kilómetros para correr 10. Compran todas las fotos que les sacan y no advierten que son iguales a las de la carrera anterior.
Cuelgan sus medallas en lugares de la casa en que la visita pueda verlas y tengan que preguntar.
Están mal. -Esta es del mes pasado- dicen tratando de usar su tono más humilde. -Esta es la primera que gané- dicen omitiendo informar que esa se la entregaban a todos, incluyendo al que llegaba último y al inspector de tránsito.
Dos días después de la carrera ya están tempranito saltando charcos, subiendo cordones, braceando rítmicamente, saludando ciclistas, golpeando las palmas de las manos de los colegas que se cruzan.
Dicen que pocas personas por estos tiempos son capaces de estar solos -consigo mismo- una hora por día.
Dicen que los pescadores, los nadadores y algunos más.
Dicen que la gente no se banca tanto silencio.
Dicen que ellos lo disfrutan.
Dicen que proyectan y hacen balances, que se arrepienten y se congratulan, se cuestionan, preparan sus días mientras corren y conversan sin miedos con ellos mismos.
Dicen que el resto busca excusas para estar siempre acompañado.
Están mal de la cabeza.
Yo los he visto.
Algunos solo caminan... pero un día... cuando nadie los mira, se animan y trotan un poquito.
En unos meses empezarán a transformarse y quedarán tan locos como ellos.
Estiran, se miran, giran, respiran, suspiran y se tiran.
Pican, frenan y vuelven a picar.
Me parece que quieren ganarle a la muerte.
Ellos dicen que quieren ganarle a la vida.
Están completamente locos.

Marciano Duran escritor Uruguayo

VIDEO, fanáticos sueltos en Puerto Madero

Ver a esa inmensa masa de personas con un mismo fin, con un mismo objetivo, provoca admiración, respeto y más ganas por correr. Emociona ver a padres e hijos, amigos, parejas y personas de todas las edades que buscan superarse. Compartimos algunas de las mejores imágenes.

Google presente en AMCHAM

El desafío AmCham, organizada por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina, comenzó a las 9 en la avenida de Los Italianos y Macacha Güemes. Por delante dos circuitos, de 10 km y de 2 km, y una gran cantidad de corredores detrás de su objetivo, el nuestro LLEGAR!









Entrega de kits y entrada en calor miutos antes de la largada.

Domingos a pura acción, la carrera

La carrera contó con un recorrido de 10 km y otro de 2km con largada en Av. de los Italianos entre M. Güemes y A. Villaflor.










































El triunfo de los 10km fue para Alejandro Oneto quién finalizó el recorrido en 41 minutos 13 segundos y Tomás Insúa con 46 minutos 18 segundos.


La primer mujer en llegar fue Adriana Noreña con 49 min 39 seg escoltada por Pedro Cordeiro quien finalizó la prueba en 49 min 20 segundos.
































Entre las mujeres Carolina finalizó la prueba de 10 km en 57 min 37 seg, quien logra bajar su marca en 2 minutos, seguida de cerca por Aby cuyo tiempo fue 57 min 45 seg.

Tatiana y Romina fueron las ganadores de los 2km.

Felicitaciones a todos!

Un mismo logro para festejar juntos

Google alcanza su objetivo y festeja al cruzar la meta de llegada!



























La Maratón AmCham se convierte en un excelente espacio para que todos los colegas y colaboradores de una misma compañía tengan una oportunidad más para “ponerse la camiseta”, motivando la cooperación y el esfuerzo para alcanzar una meta en equipo. Felicitaciones!

Equipos Maraton Banco Galicia 2011

Maratón por equipos Galicia 7º Edición
Domingo, 25 de Septiembre de 2011
Lugar: Obelisco, Capital Federal, Buenos Aires.

Una nueva oportunidad para renovar el desafío y disfrutar de la sana competencia en equipo, en un ambiente sano para todos los niveles de preparación física. El equipo Google estuvo presente. Te contamos quienes superaron este desafío con su equipo:

Chics femenino x4
Ady Perena
Rebeca Sicardi
Carolina Batista














Google boooooooys Masculino x2
Alejandro Oneto
David Chou

Los que apagan la luz Masculino x2
Ezequiel singer
Tomás Insúa

Un éxito en la Maratón “Desafío 2011”

El Maratón por Equipos Banco Galicia en su 7ta edicion se realizó en una mañana soleada para los 10.000 corredores que se unieron para recorrer 20.500 metros en equipos de 2 o 4 integrantes.Este año la gran novedad fue el equipo CHICS conformado por las tres corredoras femeninas Ady Perena, Rebeca Sicardi y Carolina Batista quienes alcanzaron con optimismo y excelente ánimo 5125 metros cada una.